Desde que naces hasta ahora, siempre esperas, en todas las etapas de tu vida, cuándo llegará ese día tan especial, ese día en el qué crees que ha llegado para ti esa etapa, esa edad, ese estado ideal. Te esfuerzas, con gusto y disgusto, pensando siempre que lo bueno está aún por llegar…

Empecé a trabajar con 24 años. Estaba muy orgullosa de conseguir mi primer trabajo. Trabajaba las horas que hicieran falta y, encima, hacía un Máster de Dirección de seis a diez de la noche, TODOS LOS DÍAS DE LA SEMANA. ¡Sííí! ¡UNA MONADA DE NIÑA!

Ya sabéis lo que es eso de apostar duro por esa felicidad profesional y personal plena.

Llegaba a casa que sólo me apetecía estar tirada en el sofá y dormir, dormir y dormir. Me entró un BAJÓN entonces … ¡horrible! Pensaba: “¿Ésta va a ser la vida que me toca para siempre?”

Rondaban en mi cabeza las nuevas tareas que me iba imponiendo la vida. A ver, en principio, esto consiste en trabajar, trabajar bastante, la verdad; tragarte mil sapos, millones, llegar a casa sin ganas de nada y con esa sensación raruna de que no estas aprendiendo nada y que están abusando un poco, un poquitín, de ti. ¿Sensaciones nuevas? Sí, no cabe duda.

Luego, te invaden como unas pocas ganas de salir, ¡tremendassss! Te sientes cansada de aguantar tanto ligón sin gracia. Aunque claro, le tienes que echar ganas. Hay que ligar que, si no, a ver si vas para solterona (en esa época nuestra, era como MUY de preocupar quedarse soltera) lo pasabas MUY, MUY mal con eso….. ¡Qué presión por Dios!!! Pero bueno, aprendes a convivir con todo: los resacones que te acompañaban cada viernes al trabajo; la alegría que te da un viernes cuando sales con tu chico, y ese bajón típico de los domingos por la tarde en los que vuelves a pensar: «¿Qué vida es esta por dios?»

No parece que la cosa después de estudiar haya mejorado mucho, ¿no? Bueno, al menos ahora me pagan…, poco, eso sí, te consuelas pensando: «ya me irán reconociendo en el curro y me pagarán mucho más, ¡seguro!»  Y vuelve la duda…. «Y, ¿si no lo hacen?? ¡Dios, qué mal rollo!, ¿no? ¡Bueno, fuera pesimismo, que me voy a casar y me van a pagar más, Hombre!

Creo recordar qué la primera crisis la teníamos a los 25 años, sobretodo si no tenias novio. Aquello era peor que si no tenías futuro, que casi era lo mismo. Hacer una buena boda seguía siendo la prioridad en nuestra época. JAJAJA, ahora me río, ¿cuantas de nosotras se han separado y han tenido que empezar a luchar de cero por eso? Un Montón. A cuantas la vida les exigió tener que reinventarse en la segunda edad? Muchísimassss. Ya los tiempos nos habían cambiado y los hombres, al divorciarse, exigían mujeres que se mantuvieran solas. No les importó eso tanto cuando se casaron con ellas.

Pero a lo nuestro, siempre me enrollo, soy así ahora, pensaba yo que eso de los 25 era una crisis, ya veis, no me quedaba nada por ver….

Ahora, echas un vistazo a atrás y lo ves como la mejor parte de tu vida, ya veis. Esto me recuerda a la peli (coñazo de peli, todo hay que decirlo) Bajo el cielo protector de Bertolucci. Conste que a mí me gustó. El mensaje era claro: que no agradeces nada lo que tienes hasta que la vida te enseña cosas mucho peores. Claro, qué entonces no lo sabes, y te vas tan feliz a trabajar, a dar la talla y a prepararte para la gran batalla de tu vida, donde todo va a ir siempre a mejor. Lo bueno está siempre por llegar.

Superados estos primeros años, la vida continúa. Te vas acostumbrando a trabajar y ser mujer, ya el día te da para más, te tiene que dar, sacándolo de tu cuerpo serrano, pero te tiene que dar. Te da para ligar, te da para buscar casa, para casarte, para hacer cenas para los amigos, para ver a la familia, a la familia política (también), para tener niños, las clases, los deberes… Y venga cenas y más cenas, y sigues trabajando, y viajando, de un lado a otro (es decir, por trabajo y por placer). Das para todo, en ese momento estas incluso cerca de ser feliz. Seguramente, influye que físicamente estás bien; los padres, bien; los hijos, más o menos bien. No había mucho por lo que preocuparse. No engordabas mucho, lo normal. Si te ponías a dieta, adelgazabas. Si bebías, lo eliminabas. Ibas al baño regularmente…, en fin, lo normal.

 

 

De repente, un día llega y te encuentras cansada, más de lo normal. Estás muy cansada. Parece que se te cae más el pelo, la uña mal y, no eres tú. Decides ir a hacerte una analítica a ver qué pasa con esto rollo de estado físico que no te gusta nada, y ahí, empieza el verdadero calvario que,  en resumen, se llama  menopausia, SÍ. Tienes la misma vida, la casa repleta de gente y de cosas, la casa mucho más grande, llena de ropa, de libros, cosas en general, que te invaden, o eso sientes. La vida te supera, la vida de tus hijos también, la de tus padres…. el trabajo te puede, en todos los sentidos, tu dosis de intolerancia ha llegado a casa y a la oficina casi por igual. La crispación mañanera se vuelve en algo cotidiano y, muchas veces, sientes la sensación de que vas a explotar.

Y cuando estas en ese punto de “NoMeAguantoNiYo” van y te dan los resultados de la analítica que, para resumirlo, te ha salido alto lo que debe dar bajo, y bajo lo que es alto.

Vas toda chafada, planchada y hundida a tu médico de cabecera con el papelito en la mano y …..¡ aquí viene lo bueno! La frase de todos los médicos, que, encima, y para empezar con las buenas noticias, la frase comienza con un «¡SEÑORAAAA!» «Usted no está mal. Lo que pasa es que ya no tiene 30 años y la edad se empieza a notarrr. Alégrese porque usted no está enferma es sólo que se tiene que empezar a cuidarrrrr!!

Es importante que haga ejercicio, andar más, cambiar de hábitos, revisar la alimentación. La nutrición es muy importante. «somos lo que comemos.» Frases así:  (😬) «intente dormir 8 horas», mírese los huesos, vamos a ver si las hormonas …etc etc etc….y ……

 etc, etc, etc…

Y tú, en esta posición de la vida, pensando: ¡¡¿Así qué, a partir de ahora, no sólo me toca lo que ya me tocaba, sino que, además de esto, me toca cuidarme mucho porque si no todavía podre estar peor?!!

Pero señores míos de la medicina: ¿¿Ustedes creen qué si a los treinta no podía yo ya con mi vida, voy a poder ahora con ella igual y con todos estos deberes que me han puesto, y encima cansada y más fea?????

¿Y todo esto por qué te lo piden? ¿Cómo lo venden ellos?

Y aquí viene la frase «trending topic»  de hoy en día en la medicina:

Lo importante no es llegar, lo importante es, ¡¡cómo se llegaa!!

¡¡YAAAAAAAAAAAAAAA!!  ¡¡YAAAAAAAAAAA!! ¡¡YAAAAAAAA!!

Así,  sí llegas ¿sano? no sé, imagino que sí, pero ¿felizzzzzzz??? 😬 pero si es el mismo plan que hacen los que ingresan en un rehab ¿¡no me matéis!? más 😬 , y mucho más 😬 😬 😬😬😬 .O sea, me están contando que, para llegar bien a la tercera edad, que también hay que decir que no te garantizan nada, ¿tengo que dejar de vivir como vivía, y estar entregada a la salud plena desde los 50?  😱😱 ¿estos de que van?  ¿Te alargan la vida o la agonía???

Si esto es lo que necesito después de los 50 para ser una SIN EDAD FELIZ, yo ya lo he decidido:

Yo ahora voy a ser Feliz pero a medias, como poco, a tiempo parcial ….

¡Vamos a ser realistas y justos con nosotros mismos! Bien me parece querer mejorar, pero por favor, sin llegar a la perfección, ¡de verdad! Qué estamos hablando de vivir, viviendo, no de empeñarse en vivir a toda costa y caiga quien caiga, y lo que caiga.

Admiro, y mucho, a la gente que cumple estos deberes y, aun así, se siente Feliz, pero yo lo tengo claro: después de todo lo que pringué ya en esta vida, en esta nueva etapa de la vida, la sin edad, no voy a darlo todo. No sé si aprobaré o no, pero desde luego

YO, esta vez, ¡¡a por nota no voy!!

A ver si todavía, después de todo esto, va y cumplo los deberes, me aburro como una mona, y resulta que es lo peor lo que está por llegar 😜😜😜  (no creo😜 )

 

¡Qué NOOO! ¡Qué lo mejor está aún por llegar…. ¡¡¡SEGURO!!!